¿Alguna vez has tenido que encargar la traducción de un contrato o de cualquier otro documento legal? ¿Conoces las diferencias entre la traducción jurídica y la traducción jurada? ¿Sabes qué aspectos debes tener en cuenta a la hora de buscar un traductor experto en este campo?

En este artículo vamos a intentar responder a todas estas preguntas y a otras preguntas frecuentes sobre la traducción de contratos y su relevancia.

Diferencias entre traducción jurídica y traducción jurada

La traducción jurada (también denominada en ocasiones traducción pública, traducción oficial o traducción certificada) es aquella que debe ser realizada por un traductor reconocido por una instancia oficial; en el caso de España, por el Ministerio de Asuntos Exteriores.

El traductor jurado, además de realizar la transferencia lingüística entre idiomas, completa su traducción con un sello de certificación y su propia firma para certificar la veracidad del documento extranjero.

La traducción de contratos suele incluirse dentro de la conocida como «traducción jurídica», que no es más que aquella que realiza un traductor especializado en documentos legales y con conocimiento y dominio de la terminología y las estructuras formales utilizadas en dichos documentos. 

Según la RAE, la definición de contrato es: «Pacto o convenio, oral o escrito, entre partes que se obligan sobre materia o cosa determinada, y a cuyo cumplimiento pueden ser compelidas». Por este motivo, al tratarse de un documento legalmente vinculante, es muy importante que su traducción sea correcta y que se utilicen las fórmulas y estructuras sintácticas equivalentes en el idioma de destino.

Terminología legal y equivalencia de fórmulas legales en la traducción de contratos

La traducción de contratos requiere un amplio conocimiento no solo del idioma de destino, sino de toda la terminología y los diferentes sistemas legales y sus equivalencias.

Por ejemplo, en el sistema legal anglosajón y el sistema legal español, existen una serie de diferencias que cualquier traductor jurídico y jurado debe conocer y dominar para poder ofrecer un servicio de calidad.

Un ejemplo claro de estas «inequivalencias» de las que debe ser conocedor el traductor jurídico es el del bloque INTERVIENEN del contrato de compraventa español que no tiene equivalencia en el contrato inglés. En algunos casos, el contenido de este apartado aparece en inglés bajo las cláusulas de Representations and warranties.

Y viceversa, en español no tienen equivalencia cláusulas como las siguientes por falta de equivalencia de conceptos jurídicos:

  • Representations and warranties (manifestaciones y garantías/declaraciones y garantías previas). 
  • Time is of the essence (el incumplimiento de los plazos anula el contrato) 
  • Severability (separabilidad/divisibilidad del contrato) 
  • Entire agreement/Superseding effect (totalidad del contrato/prevalencia del contrato) 
  • Survival of terms (continuidad de determinadas condiciones)

[H3] Falsos amigos en traducción de contratos y otros documentos legales

El traductor especializado en este tipo de traducciones debe ser muy consciente de los numerosos falsos amigos que existen en los documentos legales:

PUEDE TRADUCIRSE TRADUCCIÓN ERRÓNEA 
Execution firma, formalización, perfeccionamiento, otorgamiento ejecución 
Deliver no añade ningún significado a signsign and seal execute entregar 
Performance, consummation ejecución, consumación 
Joint and several solidaria (responsabilidad) conjunta y solidaria
Article cláusula, estipulación, condiciónartículo
Sectionapartadosección
Indemnify and hold harmlesseximir/exonerar de responsabilidadindemnizar y exonerar
Exhibitanexo, apéndiceprueba
Copyejemplarcopia
Title [en firmas]responsabilidad/cargotítulo
Terms and conditionsCondiciones/términos/estipulaciones/clásusulasplazos y condiciones

¿Qué competencias son necesarias para la traducción de contratos y otros documentos legales?

Como ya hemos comentado más arriba, un buen traductor jurídico debe tener dominio pleno de la terminología legal y los sistemas legales de los países en los que se hablan sus idiomas de trabajo.

Además de contar con estudios universitarios en traducción e interpretación, es deseable que el traductor haya completado un máster o un grado universitario superior de especialización en traducción jurídica.

Otra vía para convertirse en traductor especialista en temas legales es la que toman los licenciados en derecho internacional, por ejemplo, que pueden acceder también a un máster universitario de especialización en traducción jurídica o legal.

El traductor jurídico también debe ser buen conocedor de todos los recursos de consulta terminológica oficiales y saber cómo consultar los corpus textuales adecuados para cada traducción; sobre todo en el caso de textos legales en los que no existe una «traducción directa» y en los que un error de traducción podría comportar un importante problema legal para alguna de las partes firmantes del texto legal o el contrato traducido.

Si necesitas un traductor para encargarle la traducción de un contrato, te recomendamos que acudas siempre a un especialista, como los que trabajan en Tatutrad, que sea capaz de transmitir no solo el mensaje, sino también de aplicar las equivalencias legales de ambos sistemas.

Referencias consultadas para este artículo:

BESTUÉ, Carmen (2007). La traducción de términos jurídicos con contenido variable: el caso de las cláusulas de exoneración de responsabilidad. Trabajo de investigación de la Universitat Autònoma de Barcelona.

BORJA, Anabel (1998). Estudio descriptivo de la traducción jurídica, un enfoque discursivo. 2 vols. Tesis doctoral de la Universitat Autònoma de Barcelona. 

― (2000). El texto jurídico inglés y su traducción al español. Barcelona: Ariel. FABRA, Germán y Felipe CASTILLO (1991). Formularios de contratos y documentos 

mercantiles (con criterios jurisprudenciales). Madrid: Neo.
NÚÑEZ, Carmen (2001). Estudio comparado del contrato de compraventa español e inglés. Proyecto de fin de carrera de la Universidad de Granada.