Las empresas biosanitarias necesitan de los servicios de una empresa de localización especializada en el sector para poder expandirse más allá de sus fronteras. En la mayoría de los proyectos que llegan a Tatutrad desde empresas de este sector, el inglés va a intervenir como idioma de origen o de destino, por lo que recomendamos a potenciales clientes del sector biosanitario que generen directamente su documentación en inglés.

En estos casos, cuando el cliente no cuenta con redactores de contenido técnicos nativos de inglés, suelen usar a personal cualificado y con los conocimientos suficientes del idioma y luego cuentan con nuestros servicios para revisar todo lo generado y asegurarnos de que el inglés en el que se han escrito los manuales, prospectos, etc., es correcto.

En una época en la que el acceso a la sanidad tiende a democratizarse en todo el mundo y la inversión en innovación dentro del sector está en alza, es importante que investigadores y empresas innovadoras del sector biosanitario compartan conocimientos y amplíen su alcance para llegar a nuevos territorios. Para ello es fundamental cruzar la frontera que supone la barrera idiomática.

Cualquier empresa farmacéutica o similar que quiera salir con fuerza al mercado y conseguir que sus productos lleguen a sus clientes potenciales e ideales debería contar con una cimentada estrategia de internacionalización y de gestión documental multilingüe ya que, en algún momento, necesitará contar con toda su documentación traducida a diferentes idiomas (además del inglés).

Nuestro consejo es tener esto en cuenta desde el momento de la concepción del proyecto. Recomendamos siempre que se creen las interfaces de usuario, los manuales, etc. teniendo en cuenta que posteriormente necesitará trasladarse a otros idiomas y culturas y aconsejamos siempre asignar una partida de gasto desde el principio para este fin.

¿Por qué nosotros y no personal interno de la compañía?

Hay grandes empresas del sector que cuentan con un departamento propio de Localización e internacionalización y que deciden gestionar internamente sus proyectos, pero subcontratan los servicios de traducción a empresas como la nuestra.

 De hecho, la industria Biosanitaria (Life Science) es una de las más fieles al usar nuestros servicios. Son industrias sujetas a fuertes regulaciones que no pueden admitir errores.

Según el informe de la Industria lingüística 2020 (https://ec.europa.eu/info/sites/info/files/2020_language_industry_survey_report.pdf):

En la nueva era Covid-19, el sector sanitario ha sufrido un crecimiento exponencial.

Referencia: https://ec.europa.eu/info/sites/info/files/2020_language_industry_survey_report.pdf

Tomando como total de ingresos para el sector de la traducción un total de 1100 millones de Euros, provienen de los servicios que se ofrecen a la industria Biosanitaria 140 millones de Euro en 2019.

¿Cómo debe ser una buena traducción en el ámbito biosanitario?

Hay diferentes criterios que cualquier traducción (no solo biosanitaria) debe cumplir para considerarse buena. Esta debe ser:

– Fiel al texto original, es decir, ha de expresar las mismas ideas.

– Correcta en cuanto a la expresión gramatical.

– Adecuada en cuanto al registro funcional.

– Coherente estilísticamente.

– Natural (dar la sensación de ser un texto original). 

– Precisa desde el punto de vista terminológico.

El traductor ha de tener muy presente el contexto de la producción del texto original y la existencia de equivalentes textuales (textos paralelos) en la cultura meta. 

La problemática de la traducción de textos biosanitarios también ha sido tratada por otros autores, como, por ejemplo, Echeverría Pereda y Ortega (1998: 225-232), que enumeran las siguientes dificultades de los textos biosanitarios especializados:

Dificultades de tipo lingüístico; latinismos, anglicismos, así́ como la incorporación de neologismos o la existencia de falsos amigos. También cabe destacar en este tipo de dificultades la coexistencia de términos délficos con términos crípticos, que veremos más adelante.

– Los niveles de revisión; dentro de este ámbito, existe una doble tarea: científica (a cargo de un especialista en la materia, si el traductor no lo es) y lingüística (a cargo de otro traductor o del propio traductor una vez que sea capaz de tomar distancia del texto traducido).

– Dificultades de tipo técnico; la presentación del producto. Hay que conocer bien los programas informáticos en los que se nos exige la presentación de la traducción.

Dificultades de tipo cultural; habrá́ que estar muy atento a las circunstancias que se proponen para llevar a cabo el proceso de traducción: 

– Nacionalidad o lugar de investigación del autor del texto original. 

Cliente que encarga la traducción y finalidad de la misma. 

Destinatario de la traducción. 

Criterios de edición de la editorial y/o empresa que encarga la traducción.

El traductor especializado debe ponerse en la piel del que emite el mensaje y asumir sus mismas competencias. Si no se adapta a la competencia, la traducción difícilmente será́ buena. Asumir sus competencias presupone conocer la materia que traduce, saber expresarla de forma precisa y adecuada y hacerlo como lo haría espontáneamente un especialista, hablando de su lengua nativa. 

¿Qué tipo de documentos se traducen en el ámbito biosanitario?

La traducción de documentos biosanitarios no se limita únicamente a instrucciones de uso de los productos de la empresa en cuestión; sino que también incluye documentos como:

– Manuales de usuario

– Manuales de mantenimiento

– Embalaje

– Etiquetado

– Ensayos clínicos

– Encuestas para evaluación de dolencias específicas y uso de medicamentos.

– Apps para nuevos dispositivos de telediagnóstico (pulseras, etc.)

– Documentación legal (descargo de responsabilidades, etc.)

– Material de marketing y publicidad

– etc.

Es importante tener conocimientos sobre la normativa vigente de seguridad sanitaria, por lo que siempre les recomendaremos que hagan uso de servicios profesionales.