La historia está llena de errores de traducción; algunos han dado lugar a situaciones divertidas y otros han tenido consecuencias fatales como el caso del error de traducción que podría haber causado la catástrofe de Hiroshima. En Tatutrad, hemos hecho un recopilatorio de 6 de los peores errores de traducción en la historia y cuáles han sido sus consecuencias.

El peor error de traducción del japonés al inglés

En julio de 1945, los países aliados redactaron un documento de rendición que se tradujo del inglés al japonés, la conocida como Declaración de Potsdam. Las condiciones de dicha rendición incluían una sección en la que se explicitaba que cualquier respuesta negativa por parte del gobierno japonés supondría una “destrucción completa e inmediata”.

El primer ministro japonés, Kantaro Suzuki, declaró ante los medios de comunicación que “no iba a hacer ningún comentario” al respecto. El término que utilizó fue “Mokusatsu“; una palabra que puede interpretarse de formas diferentes, pero que deriva del término japonés “silencio”.

Los medios de comunicación y los traductores interpretaron el término con su significado de “ignorar”. Los estadounidenses, ante esta respuesta, entendieron que no existía posibilidad de acabar la guerra en términos diplomáticos. Diez días más tarde, una bomba atómica asolaba Hiroshima

La palabra de los 71 millones de dólares

En 1980, Willie Ramírez, de 18 años, ingresó en un hospital de Florida en coma. Sus amigos y familiares intentaron describir qué había ocurrido a los médicos que lo trataron, pero solo hablaban español.

Un trabajador bilingüe fue el encargado de actuar como intérprete y tradujo “intoxicado” como “intoxicated; dicha traducción se aproxima más a “borracho” y no a “envenenado” que era lo que querían decir los familiares de Willie, pues suponían que sufría de una intoxicación alimentaria.

Los médicos actuaron como si se tratara de una sobredosis por drogas que puede causar algunos de los síntomas que mostraba. Como consecuencia de este error de traducción, Ramírez se quedó en estado tetrapléjico y recibió una compensación por error médico por valor de 71 millones de dólares

Jimmy Carter y su afecto por Polonia

En 1977, el intérprete de Jimmy Carter cometió un error de traducción que ha llegado a ser considerado como uno de los momentos más embarazosos de la historia de la diplomacia estadounidense. Carter quiso comunicar al país polaco sus “mejores deseos para el futuro”, pero el intérprete lo tradujo utilizando una frase parecida a “mejores lujurias para el futuro”, con un tinte marcadamente sexual para después traducir también otra frase de Carter como “tendiendo la mano a las partes íntimas de Polonia”. El problema fue que el traductor contratado no era especialista de polaco, sino de ruso. De ahí la importancia de contar siempre con un intérprete o traductor especializado.

La Pepsi de los muertos

En 1963, Pepsi empezó a utilizar el eslogan “¡Vive la vida! ¡Formas parte de la generación Pepsi!”. El problema llegó cuando la frase se tradujo al chino mandarín como “¡Pepsi devuelve la vida a tus ancestros!”.

Perdónenme, estoy estreñido

En una ocasión, el delegado español Holmes tuvo un momento de lo más explícito cuando, durante una intervención ante una delegación francesa, después de estornudar dijo la frase “Perdónenme, estoy constipado”. Frase que el intérprete tradujo de forma errónea por “Perdónenme, estoy estreñido” por la similitud entre “constipado” y “constipated” (estreñido); un error que arrancó carcajadas entre el resto de delegados presentes.

Un error de traducción embarazoso

Los falsos amigos suelen dar pie a muchos errores de traducción, a cual más curioso. Es el caso del inglés “embarassed” que se traduce como “embarazoso”, pero que mucha gente acaba confundiendo por “embarazado”; dando lugar a situaciones muy cómicas en las que alguien asegura estar “embarazado” en lugar de “avergonzado”.

La mejor manera de evitar este tipo de situaciones causadas por los errores de traducción es contar siempre con el trabajo de un profesional. Aún así, los traductores profesionales también somos humanos y podemos tener un mal día, por eso siempre es buena idea contratar también un servicio de revisión o un par de intérpretes en lugar de uno solo para que puedan darse apoyo mutuamente en cabina en momentos de despiste.

Desde Tatutrad, nos aseguramos de que todas nuestras traducciones pasen por un segundo proceso de revisión antes de enviarle la traducción de vuelta al cliente, no queremos que un “rubber ducky” se convierta en un “ladrón de goma” en lugar de un “patito de goma” como vimos en una ocasión en un conocido videojuego.