Muchas veces nuestro entorno nos pregunta en qué nos afecta a nosotros, traductores profesionales, las páginas web dedicadas a traducir gratis documentos. Es cierto que muchas las personas que recurren a una traducción gratis y online para ahorrarse los costes de contratar a un traductor profesional, pero… ¿de verdad compensa? ¿Sabes que existe otra alternativa? En la entrada de hoy hablamos de uno de los servicios que ofrecemos en Tatutrad para adaptarnos a las necesidades de cada cliente en particular.
La inteligencia artificial (IA) está presente en casi todo lo que conocemos hoy en día. Antes, las miradas conquistaban, pero, ahora, también nos permiten pagar en el supermercado solo con desviarla un poco hacia el móvil; todos tenemos una amiga virtual que nos dice qué tiempo hace hoy; realizamos consultas al instante gracias a los chatbots cada vez más presentes en nuestra realidad; lámparas que se apagan al pulsar un botón de nuestro móvil; aplicaciones de música o vídeo que nos facilitan nuestra toma de decisiones en base a nuestras preferencias…
En Tatutrad, nos sumamos al carro de todas las innovaciones que van surgiendo en el mundo tecnológico y buscamos la forma de sacarle partido a cada una de ellas para poder aplicarlas a nuestro terreno y, al mismo tiempo, suplir las necesidades que nuestros clientes puedan tener de una manera novedosa y que nos diferencie del resto. Este es el motivo por el que también incorporamos el uso de IA en nuestras traducciones cuando así se nos requiere.
Nuestro servicio de inteligencia artificial aplicada a la traducción consiste en la edición posterior a la traducción que un motor automático hace de un texto determinado. Es decir, consiste en la posedición de un texto que ya se ha traducido previamente por un motor automático, pero que requiere de la intervención de un traductor humano para dotarlo del sentido y la calidad que una máquina no tiene la habilidad de conseguir.
Nuestro servicio de inteligencia artificial aplicada a la traducción consiste en la edición posterior a la traducción que un motor automático hace de un texto determinado.
Es importante tener en cuenta que este tipo de servicios no es viable en todos los casos. En función del tipo de texto ante el que nos encontremos puede resultar más viable realizar una traducción de cero que poseditar el texto. De hecho, este tipo de servicios se recomienda para un número muy limitado de textos.
¿Por qué? Existen varios motivos para ellos, por ejemplo: si nos encontramos ante un texto con una terminología muy técnica y compleja, es probable que la traducción automática en este caso sea más nuestra enemiga que nuestra aliada.
Otro caso puede ser que queramos traducir un texto que requiera de un alto nivel de creatividad. ¿Has probado a traducir online un eslogan para tus campañas o la descripción de alguno de tus productos y te ha maravillado? Si todavía no lo has intentado, te animo a ello (actividad recomendada para los amantes de la comedia).
Como consejo, todo aquello que tiene una función, también tiene una limitación; y al conformarte con traducir automáticamente un texto te expones a que el resultado sea de todo, menos lo que tu esperabas.
Por el contrario, si se combina con la inteligencia de un traductor de carne y hueso, por ejemplo, en textos repetitivos o en los que no se emplee un vocabulario demasiado técnico, puede aplicarse traducción automática y una edición posterior para conseguir que el texto resultante suene como si el traductor en su totalidad y el resultado puede ser de una calidad excepcional.
Suele ser el caso, por mencionar tan solo un par de ejemplos, de las empresas que se dedican al comercio electrónico y van actualizando su catálogo de productos constantemente o el de aquellas que renuevan sus productos basándose en otros anteriores y requieren que se compruebe la adecuación y coherencia de su terminología, se realicen los ajustes sintácticos pertinentes y se revise que no haya faltas ortográficas.
Ventajas de la posedición
«¿Y por qué no ahorrarme el segundo paso?» Te preguntarás. Si los humanos no somos perfectos, menos lo son las máquinas. Pueden cometer errores al interpretar las oraciones si estas son demasiado largas, no suelen distinguir de forma adecuada el género de las palabras, etc. Te recomendamos volver a nuestra entrada sobre traducción automática para conocer todas las razones por las que no recomendamos traducir exclusivamente de forma automática un texto.
En este mundo en búsqueda constante de la eficiencia y la productividad, en el ámbito traductológico ha ido ganando protagonismo la figura del poseditor, un traductor profesional capacitado para aportar la humanidad que un texto que previamente ha pasado por los algoritmos de un software necesita. Se trata de una solución a medio camino entre lo robótico y lo humano que permite que los clientes obtengan el servicio que necesitan por un precio adaptado a sus bolsillos sin que esto suponga la pérdida de calidad que una simple traducción gratis sí que supondría.
Como hemos visto, cuando las máquinas y los humanos se unen, el resultado puede ser fabuloso. Al utilizar traducción automática y una posedición posterior, se reduce el tiempo a la vez que se aumenta la productividad, pero siempre teniendo en mente que no todos los textos son aptos para este tipo de servicio. Ante cualquier duda, lo mejor es consultarnos por correo, teléfono o en persona para que podamos asesorarte sobre el tipo de servicio que mejor se adapta a tus necesidades.
Tamara Sousa Villafaina
LinkedIn: https://es.linkedin.com/in/tamara-sousa-villafaina